No me toquen a mi Bora

Hace unos días, un programa de la TV chilena no tuvo mejor idea que transmitir un reality que se llevaba a cabo en la zona amazónica de nuestro país, con el nombre justamente de “Amazonas”. Hasta ahí no había ningún problema, mas bien era algo positivo porque eso atraería el turismo tanto por parte de los chilenos, como en los países a los que llega la transmisión por medios como Youtube o por otro tipo de formas. Sin embargo, el problema surge cuando la producción se torna sarcástica y cuando se pone a conductores incapaces de medir sus palabras y calcular las consecuencias de lo que dicen, algo fundamental en un comunicador, y más aún cuando esos conductores y todo el reality viene de Chile; entonces es ahí cuando yo como peruano me siento dolido y tengo la obligación de reivindicarme y pedir que a esos conductores se les decapite.

Así, ésta ha sido una raya más al tigre en la tormentosa relación entre nuestro país y el vecino país del sur. Perú y Chile se han visto implicados en una rivalidad desde los albores del siglo 19 y estos sentimientos de rencor se han prolongado a través de la educación, algo que no le hace bien a nadie, puesto que ambos somos parte de un mismo continente con miras a convertirnos en países desarrollados; entonces esta hermandad sólo diplomática no le hace bien a ninguno de los dos. Sin embargo, hay algo que sí es muy llamativo, ¿Por qué cuando los peruanos estamos en los ojos del mundo por las cualidades de nuestro pisco, los chilenos se empeñan más por expropiarnos ese calificativo de creadores del trago? ¿Por qué ahora que estamos difundiendo nuestra cultura amazónica con un video muy significativo de la “marca Perú”, aparece un reality chileno en el cual ridiculizan a esa cultura? Pareciera un bombardeo constante que sufrimos en momentos muy oportunos, como si fuera una verdadera guerra de naciones. Trato de quitarme la escarapela cuando redacto este artículo, pero es inevitable no resaltar esta actitud en algunos, NO TODOS, de nuestros hermanos chilenos. 

Para culminar con mi artículo quisiera reiterar una postura que tengo sobre esta rivalidad entre peruanos y chilenos, y que se la hice saber al padre del presidente Humala en una discusión que tuve con él con respecto a la posesión del Huáscar por parte de los chilenos, esa actitud de resguardar un símbolo del heroísmo nacional, como es esa nave, como un trofeo de guerra es una actitud totalmente mezquina y que no es acorde con las nuevas tendencias del siglo 21, en que se debe buscar el desarrollo conjunto de las naciones, y no querer sentirse superior a otra porque en algún momento de la historia, en una batalla o combate, se logró la victoria. La guerra del pacífico ya acabó hace más de siglo y medio, lo que sí hay son generaciones de peruanos que desearían conocer un poco más de la historia y ver en el Huáscar una huella del heroísmo, es así que la entrega del Huáscar sería un gran paso hacia la búsqueda de relaciones mas amistosas entre los dos países, una verdadera señal de que acá ya no hay enemistad. Cuando se comience a enfriar ese sentimiento de rencor, comenzaremos a sentirnos los peruanos más chilenos, y los chilenos más peruanos. 

C.G